Ése era el pobre rédito del fútbol femenino español frente al nipón en los tres partidos que precedieron al encuentro de este miércoles, correspondiente a la fase de grupos del Mundial sub-20 que se está disputando en Papúa Nueva Guinea.
Un penalti ejecutado por la centrocampista del Barcelona Mariona Caldentey en el minuto 81 entregó al cuadro dirigido por Pedro López el anhelado triunfo (1-0) que, anteriormente, habían buscado sin suerte Jorge Vilda y Toña Is.
El ahora seleccionador absoluto debió aceptar la superioridad de las Nadeshiko en el Mundial sub-17 de 2014.
En la fase de grupos y en la final del torneo celebrado en Costa Rica, muchas de las jugadoras que hoy integran la selección sub-20 cedieron por idéntico marcador en sendos compromisos: 2-0.
En la tercera derrota, en las semifinales del reciente Mundial sub-17 de Jordania, la entrenadora asturiana era quien dirigía al combinado español.
En una categoría superior, sin embargo, la selección española tumbó por fin a la escuadra asiática.
El segundo choque de La Roja en Port Moresby sirvió para certificar su crecimiento. El grupo capitaneado por Sandra Hernández redujo el poderío nipón gracias al buen desempeño de su zaga, a una solidaria línea de centrocampistas y a la mordiente de sus puntas.
Fue, no obstante, la mediapunta balear Mariona Caldentey la que resolvió el choque.
Titular en el debut, la jugadora del Barcelona partió esta vez desde el banquillo. Ya recompuesta de las lesiones de rodilla que ralentizaron su progresión, la exjugadora del Collerense marcó el tempo en el segundo parcial y asumió la responsabilidad de ejecutar el penalti que decantó el envite.