Nadie puede poner en duda el gran futbolista que es y será Mbappé. Él es el elegido para liderar el fútbol mundial cuando Messi y Cristiano den un paso al lado.
El francés es ya una de las grandes figuras del balompié y sus números y virtudes, pese a su corta edad, lo dejan más que claro. Y si no, que le pregunten a Argentina en el último Mundial.
El '7' del PSG también ha sabido echarse al conjunto parisino a la espalda, no teniendo más remedio que hacerlo tras la inoportuna lesión de Neymar.
El '10', más maduro y llamado a ser el líder del proyecto, volvió a sufrir un percance físico en el tramo decisivo de la campaña y la responsabilidad pasó a la mochila de Kylian.
Desde ese momento, el astro galo ha jugado 16 encuentros con el conjunto de la Ciudad de la Luz, partiendo en 12 de los mismos en el once titular.
En estos partidos, Mbappé ha anotado once goles y repartido cinco asistencias. Unos números bastante buenos, pero que no han salido a la luz en los momentos de la verdad.
Y es que el PSG, en estos meses sin el brasileño, ha tenido dos grandes puntios de inflexión en los que ha necesitado de la aparición estelar de Kylian: ante el United en la vuelta de octavos de la Champions League y este fin de semana ante el Lille en la Ligue 1.
Ante el equipo mancuniano, el '7' prácticamente desapareció. Tras el 0-2 de la ida, todo el mundo daba por clasificado al PSG, pero el equipo de Mánchester sorprendió a todos al imponerse por 1-3 en el Parque de los Príncipes.
En aquel duelo, Mbappé tuvo incluso un buen par de ocasiones para sentenciar la eliminatoria, pero falló cuando lo tenía todo a favor, con malos controles y malas decisiones ante De Gea.
Kylian se 'esfumó' cuando su equipo más lo necesitaba y este domingo, aunque no era tan vital como aquel choque, el francés volvió a dejar mucho que desear.
El PSG, que se proclamará en breve campeón de la Ligue 1, visitaba al segundo clasificado. un empate le daba el título a los parisinos, pero el conjunto de la capital acabó sonrojado tras el 5-1 encajado.
Nuevamente Mbappé no apareció en este momento 'decisivo', lastrado esta vez por la inferioridad numérica de su conjunto. Pero la segunda parte del 'crack' no estuvo a su altura.
Tras el choque fue el primero en hacer autocrítica. Y es que Kylian sabe que sus compañeros y él pueden dar más de sí tras esas dos grandes espinas clavadas en su cuerpo esta temporada.
Para sacárselas, eso sí, tendrá que esperar hasta la próxima campaña para liderar, llegado el momento, al equipo de Tuchel hasta sus ambiciosos objetivos.