El Stade Matmut Atlantique de Burdeos se vestirá de gala. El PSG todavía se relame de las heridas tras la eliminación de la Champions League a manos del Real Madrid.
El Mónaco acudirá para jugarse su honor en la Copa de la Liga y demostrará que, aunque esté prácticamente descartado en la lucha por la Ligue 1, todavía puede dar guerra al equipo de París.
En ambos bandos de este conflicto ha combatido Kylian Mbappé. El delantero defiende ahora los colores de su ciudad natal, un sentimiento que rebosa en su corazón y que opacará su antiguo amor por los rojiblancos.
El ariete pondrá el picante a este duelo entre los dos mejores equipos de Francia en este momento con un Falcao, Lemar o Jovetic con ganas de venganza tras caer derrotados en la competición doméstica. Di María, en cambio, será la duda de Emery.
La veteranía de estos jugadores se contrarresta con la ilusión de otros, como es el caso de Timothy Weah. El imberbe hijo de la leyenda recogió el testigo de su padre al defender este escudo 23 años después para buscar el primer logro de la temporada.