Éxtasis en el Wanda Metropolitano. Todavía habrá aficionados que no se crean que Luis Suárez cambió el Barcelona por el Atlético de Madrid. Pellízquense, tomen agua, traguen, pasen y vean porque fue un espectáculo.
Desde 1955 no hacía seis goles el Atlético de Madrid en su primer partido de la temporada, que fue en la tercera jornada por el descanso otorgado por competir en Europa. En la Avenida Luis Aragonés apareció la estrella portuguesa para alumbrar el camino a un pistolero.
Ha sido una semana complicada, entre sorpresas y extrañezas, pero solo un objetivo: ganar. Simeone llamó a Suárez, el charrúa entrenó dos veces, acabó entrando en la convocatoria y dándole la vuelta a su nueva casa. Todo patas arriba.
Diego Costa fue el elegido y también tuvo su parte de protagonismo. Ay, si estos dos logran estar a buen nivel durante toda la temporada y son escoltados por un joven llamado Joao Félix. El hispanobrasileño entró como una exhalación y remató un centro medio de Correa a los nueve minutos. Nadie sabía el guion con un final apoteósico.
El Granada llegó líder y se hizo pequeño. Con cambios y con el sueño intacto de estar en la Europa League, los de Diego Martínez aguantaron hasta que pudieron porque Rui Silva hasta le sacó a Saúl el penalti y hasta tuvo el empate Víctor Díaz de no ser por un Oblak bien colocado.
La primera parte se convirtió en cenizas si se compara con el fuego que arrasó al conjunto nazarí en la segunda mitad. Un 'show'.
El debut soñado de Luis Suárez
El espectáculo comenzó de verdad tras el descanso. Con la máxima seriedad y determinación, el Atético fue aplastando a un Granada que intentó dar sus coletazos. Jorge Molina le dio maquillaje a la cara del conjunto andaluz tras una lluvia de golpes.
Porque Joao Félix se ha puesto el objetivo de brillar en su segunda temporada y no fue una estrella fugaz en el partido, sino todo lo contrario. Con mimo le envió un balón a Correa y el argentino controló, se la puso en la pierna contraria y batió a Rui Silva con un disparo a bocajarro.
La perla portuguesa se quedó con ganas y se intercambiaron los papeles. Correa se la dejó a Joao Félix, que dejó sentado a Vallejo y solo tuvo que poner el balón fuerte y abajo delante del meta del Granada, que no tuvo una tarde agradable. Joao Félix
Y aquí viene el terremoto. Simeone hizo tres cambios de una vez y Luis Suárez hizo su aparición estelar. En la primera bola que tocó se la dejó a Marcos Llorente para el cuarto de la tarde y el charrúa entendió rápidamente su rol, lo que quiere Simeone. Se echó el ataque a su espalda para decir que no está acabado.
En el primero saltó más que nadie para un tremendo testarazo y el segundo fue a dos tiempos. Armó la pierna, el palo le hizo de asistente y Rui Silva vio cómo entraba ese balón para el 6-1 No fue un set, sino una fiesta, ese parque de atracciones con algodón de azucar en una tarde para soñar. Seguro que Messi disfrutó de su amigo Luis y, por supuesto, todos los atléticos. En el Metropolitano hay un pistolero suelto.