Leo Messi regresó al once tras su primera sanción por expulsión en el Barcelona y lo hizo a lo grande, con un partidazo ante el Rayo en Copa del Rey y el pase a los cuartos de final.
El argentino fue otro en relación a la final de la Supercopa ante el Athletic. Claramente, el choque ante los 'leones' lo jugó por su jerarquía, pero lo hizo en un estado físico que no se asemejaba al de este miércoles.
Leo lideró al Barça en Vallecas y monopolizó los ataques hasta el punto de generarle a Francisco Trincao una clara ocasión por su sola presencia en el campo. La defensa se centró en él y el luso dispuso de un mano a mano que no fue gol por la gran parada de Dimitrievski.
Tras el descanso, Messi siguió imaginando y flotando por el terreno de juego y no se puso nervioso con el 1-0 del Rayo. El Barça siguió jugando igual y le dio la vuelta al choque en los últimos minutos con participación decisiva suya.
Messi empató el partido después de que Griezmann recibiera un gran pase de De Jong. Leo apareció en el segundo palo para empujarla a puerta vacía.
Finalmente, el 1-2 también salió de sus botas. Globo habitual hacia Jordi Alba y centro del lateral a De Jong, que casi calcó la acción de Leo en el 1-1. Tras jugar al 20% en La Cartuja, volvió a demostrar que, si está en plenitud, sigue siendop imparable.