Hablar de Leo Messi y Frenkie de Jong es hacerlo de dos de los jugadores más utilizados por Ronald Koeman y dos de los pilares de un Barça que, tras ganar la Copa del Rey, aspira ahora a lograr la Liga para firmar así un fantástico doblete.
Claves en el juego y en los goles del cuadro azulgrana, ambos están actuando desde hace meses con una finura sobrenatural para evitar que su entrenador tenga un buen quebradero de cabeza en este tramo final de campeonato.
Y es que desde el pasado mes de febrero, tanto Messi como De Jong viven al límite en la Liga. Con cuatro amarillas por cabeza en su haber, los dos están a solo una cartulina de la suspensión, lo que les haría perderse un partido por sanción.
De Jong lleva así desde que viera la cuarta tarjeta en el Betis-Barça del pasado 7 de febrero, mientras que el astro rosarino vio la mencionada amarilla en el duelo ante el Sevilla del 27 de febrero.
Desde entonces, ambos futbolistas han medido al milímetro cada acción, cada choque, cada protesta. Todo ello para evitar lastrar a su equipo. Habrá que ver si ambos consiguen seguir igual hasta el final de temporada o, por el contrario, estos funambulistas acabarán teniendo un mal apoyo en la cuerda y generando un drama para su equipo.