"La gente estaba escéptica con Alemania y se le ganó, hoy sí era seguro que se llenara, desde aquí hasta el Ángel de la Independencia", dijo Roberto Martínez, uno de los hinchas reunidos desde temprano en la explanada del centro de la capital
El buen paso de México en Rusia ha incrementando la fe entre los fanáticos que imaginan a la Selección más allá de los cuartos de final. "El equipo tiene con qué hacerlo", auguró Martínez.
"Vamos a ser campeones", manifestó Mauricio, quien no perdió oportunidad de vivir esta fiesta después de perdérsela en el choque ante los campeones del mundo.
A diferencia del partido inaugural de la Selección Mexicana, dirigida por el colombiano Juan Carlos Osorio, cuando la incredulidad privaba entre los fanáticos mexicanos, este sábado la gente se dio cita en el Zócalo horas antes del pitido inicial.
El domingo pasado, la plancha del Zócalo apenas cubrió la mitad del aforo. Hoy se llenó y el público continuó llegando tras el gol de penalti de Carlos Vela.
Los gritos de "¡México, México!" no faltaron, especialmente tras el segundo gol de Javier 'Chicharito' Hernández.
La fiesta comenzó temprano con familias que pronosticaron el segundo triunfo mexicano en la Copa del Mundo.
Varios aficionados con la playera del 'tri' ingresaron a la catedral de la Ciudad de México, ubicada a un costado del Zócalo, previo al enfrentamiento contra Corea del Sur, con la fe puesta en el equipo que encabeza el grupo F.
Ciudadanos de origen asiático que viven en la capital mexicana vistieron la camiseta de la Selección Mexicana y provocaron confusión porque algunos asistentes supusieron que eran "coreanos que le van a México".
Los comercios alrededor del centro histórico y el tráfico se paralizaron durante los 90 minutos del partido.