Nadie le ha regalado nada al 'Chimy' Ávila. El jugador argentino de Osasuna ha tenido que pasar por momentos muy duros hasta conseguir convertirse en jugador profesional.
A los 20 años, dejó de jugar al fútbol, tal y como recordó en unas declaraciones concedidas al diario 'AS', momento en el que tuvo que trabajar como albañil: "Desde los 18 años hasta los 20 estuve sin jugar al fútbol. A los 20 fui papá y se me enfermó mi hija. No teníamos dinero. Mi hija estaba internada en una clínica que había que pagar, estuvo al borde de irse para arriba".
"Hacía 30 kilómetros en bici para que mi mujer pudiera al menos tomarse un café, daba igual si había lluvia. Iba a ver a mi hija y luego me iba a trabajar, en bicicleta hacia todas partes", añadió.
"Un día estaba sentado y me puse a llorar porque veía a mis compañeros jugando al fútbol de forma profesional y yo llevaba un año y medio sin jugar. Mi mujer me preguntó por qué lloraba y yo le respondí: 'Porque se me escapó el fútbol'. A veces por elegir mal, se te escapan las cosas", comentó claramente afectado.
"Mi mujer me respondió: 'Si Dios quiere, no se te va a escapar'. Entonces comencé a entrenar otra vez y mi representante se encargó de pagar la clínica y pude sacar a mi hija de ahí, yo era albañil, no podía pagarlo. La vida era tan complicada en aquellos momentos que yo ya me estaba tirando para la opción fácil en el barrio, la delincuencia, la mala vida", sentenció un 'Chimy' Ávila que poco después fichó por San Lorenzo.