El fútbol es pura magia en cualquiera momento. Que se lo digan a Kuffour, tirado en el suelo lamentando una final de Champions perdida en dos minutos y siendo consolado por Collina, o a Sergio Ramos en Lisboa. Un desenlace inesperado puede ocurrir en cualquier momento. El día en que el Norwich certificó en Carrow Road su descenso de la Premier, Michail Antonio tocó techo.
El extremo inglés, a sus 30 años, vivió su día más feliz en la élite merced a los cuatro goles que amasó en 74 minutos. Si per sé es un gran mérito, más relevancia cobró teniendo en cuenta que cuatro eran los tantos que llevaba en toda la temporada.
Y ello sin obviar que el triunfo supuso un paso decisivo de cara a aliviar los serios problemas clasificatorios del West Ham. Con su 0-4 al Norwich, los 'hammers' consiguieron alejar el descenso hasta los seis puntos y quitarse kilos de presión.
Tras un lustro con episodios convulsos en el West Ham, y después de otro tanto importante en la reanudación de la Premier, Antonio se ha quedado a un solo tanto de igualar su mejor marca de goles con el equipo londinense.
Atrás queda ser noticia por cuestiones absurdas como estrellar su Lamborghini el día de Navidad vestido de muñeco de nieve.