Mbappé, aún con una jornada más liguera por delante, había dejado claro el sábado que iba a apurar todas sus opciones para por lo menos igualar a Messi en la lucha por ser el mejor goleador de Europa. Así que Messi tenía tarea en Ipurua. Lo que no tenía en ningún caso era miedo.
Y lo demostró pasada la media hora. Si en el minuto 30 caían los de Valverde con un tanto de Cucurella, Leo Messi tomó el control del partido. En minuto 32 ya ganaban 1-2.
La remontada en sí era la anécdota, lo importante era el puñetazo sobre la mesa para avisar a Mbappé de que iba a tener que hacer una jornada pluscuamperfecta para recuperar los cuatro tantos de ventaja que tiene el francés en la lucha por la Bota de Oro.
El doblete fue puro Messi. Primero aprovechó un maravilloso pase filtrado de Arturo Vidal que le dejó solo, aunque un poco escorado, ante Dmitrovic. Lejos de ponerse nervioso, recortó un poco más y le batió con tiro por bajo.
Casi sin tiempo para asumirlo, otro pase en profundidad, este rompiendo el fuera de juego partiendo de campo propio (lo protestaron los armeros, lo corroboró el VAR) dejó el 1-2 con una sutil vaselina ya dentro del área.
19 de mayo de 2019