Mihajlovic salió muy enfadado del campo del estadio Olímpico de Turín después de que su equipo desperdiciara una doble ventaja y terminara empatando contra los milaneses.
Antes de entrar en el túnel de vestuarios, el serbio golpeó con violencia el cartel publicitario para las entrevistas y una astilla terminó hiriendo ligeramente en la zona de los ojos a un miembro de la seguridad del estadio.
La Liga de la Serie A no castigó a Mihajlovic con unas jornadas de sanción sino que le multó con 2.000 euros (unos 2.138 dólares) y le dio una advertencia.
En la rueda de prensa posterior al partido, el serbio declaró que estaba "furioso" por desperdiciar otra vez una ventaja (su equipo ya lo había hecho el jueves en la Copa Italia y siempre contra el Milan).
"No estoy enfadado, estoy furioso, este resultado es absurdo. Estábamos ganando y de repente paramos de jugar. Llevo dos días sin dormir para pensar en resolver los problemas, ahora no dormiré tampoco en los próximos dos", afirmó.