Algunos critican el juego del Getafe. Que se dedican a trabar los partidos, que cometen muchas faltas y un largo sinfín de etcéteras.
Más allá de las voces críticas, nadie puede negarle a Bordalás todo lo que ha conseguido desde que se sentó en el banquillo del Getafe. Lo suyo no es de este mundo.
Bordalás cogió las riendas del Getafe en septiembre de 2016. Llegó para sustituir a Juan Eduardo Esnáider. En aquel momento, los azulones estaban en la zona roja de Segunda, con Segunda B pisándole los talones.
El entrenador se puso manos a la obra y dio la vuelta a la temporada. De hecho, el curso 2016-17 logró terminar en puestos de 'play off'. Tras eliminar al Huesca y al Tenerife, recuperó el lugar de honor y volvió a Primera.
Siguió trabajando Bordalás en 2017-18. Consiguieron la ansiada permanencia y el Getafe acabó en un más que satisfactorio octavo puesto, a tres puntos de Europa. Palabras mayores para un equipo que acaba de volver a la élite apenas un año antes.
En la 2018-19, Bordalás estuvo de 10. Logró que el Getafe se convirtiera de nuevo en 'EuroGeta'. Se clasificaron para la Europa League y acariciaron incluso la Champions. A dos puntos de la máxima competición europea se quedó el ejército de Bordalás.
Y en la 2019-20, el Getafe sigue con la sonrisa en la cara, esa que lleva puesta desde que Bordalás cambió el guion. El jueves certificó su pase a dieciseisavos de la Europa League tras vencer al Krasnodar (3-0).
En Liga, en estos momentos, los azulones van quintos... y aspiran de nuevo a estar en la Champions. Queda curso por delante, pero si algo ha demostrado con creces Bordalás es que para él no hay imposibles. Con esfuerzo y trabajo todo se consigue.