Tras el 3-0 de la ida, el Nápoles podía dejar casi sentenciada su presencia en la siguiente ronda con un simple tanto. Y el mismo no tardó demasiado en llegar.
Milik, a los 14 minutos, adelantó al conjunto de Carlo Ancelotti tras remachar en el área pequeña una auténtica jugada de pinball.
Y es que el esférico llegó al ariete polaco después de una serie de rechaces involuntarios entre dos defensores del Red Bull Salzburg y el guardameta del conjunto de Austria.
Al final, tras tres rebotes, el balón quedó perfecto para Milik, que en un remate acrobático y sin oposición acabó anotando el que sería el 0-1.