Santos Laguna arrasó en la primera parte a Querétaro en un partido que se le puso de cara desde los primeros compases y no precisamente gracias a sus méritos.
Y es que Víctor Milke, con un gol en propia puerta, puso sin querer el 1-0 en el marcador en una jugada que fue el colmo de la mala suerte.
El futbolista de Querétaro se tiró con todo para despejar un balón en el área pequeña. Cumplió su objetivo, anticipándose al delantero y logrando despejar el balón, pero tuvo mala fortuna y el esférico fue directo a su cabeza, rebotando con fuerza en la misma y mandando el balón al fondo de la red.
21 de abril de 2019