La 'ley del ex' nunca falla. O casi nunca. En el Giuseppe Meazza volvió a imperar, encarnada en Federico Dimarco, canterano del Inter cedido en el Parma.
El partido se encaminaba a su recta final, con el Inter volcado al ataque. No en vano monopolizó el esférico: tuvo el 72% de la posesión, realizó 28 disparos, de los cuales 8 fueron a puerta.
Pero el gol fue del Parma. Minuto 79. Recibe Dimarco en tres cuartos de cancha, y tras superar una tímida entrada, avanza. Y avanza. Y decide probar fortuna con un potentísimo derechazo que pilló a todos por sorpresa.
Al primero, a Samir Handanovic, quien parece que pensó que se iría a la grada. Porque el balón cogió mucha altura al principio, pero cayó de golpe, pillando al arquero esloveno sin tiempo de reacción.
Golazo por toda la escuadra que acalló el estadio lombardo, y que fue celebrado por los jugadores del Parma como si de un título de tratara. Dimarco el primero, con amarilla por quitarse la camiseta incluida. Porque habían asaltado el feudo del Inter de Milán.
15 de septiembre de 2018