Modric está a las puertas de los 400 partidos con el Real Madrid. Ha sido insustituible desde su llegada al conjunto blanco y ahora, una década después, el croata sigue en plena forma. A sus 36 años su carrera no debería poder extenderse mucho más, pero hará todo lo posible para estar en Catar 2022.
Ha tenido lesiones, como todos. Pero ninguna grave, salvo aquella de rodilla que dejó a medias su temporada 2014-15. Se pierde unos 30 días por lesión por temporada, algo aceptable para ser un jugador que con su club no baja de los 40 partidos por curso.
Modric se adelantó a todos. Fue de los primeros, como recuerda 'Marca' en la hagiografía que le dedica por su cumpleaños, que se encomendó a un preparador personal, aparte del que le asigna el club, para complementar el trabajo que hace en Valdebebas.
Con 36 años se le ve con mejor tono físico que cuando llegó al Madrid una década atrás. Aquel muchacho delgado y frágil ha dejado paso a un mediocentro musculado y resistente. Tiene que ser así si quiere aguantar el inclemente ritmo que le exige el Madrid.
Él declaró que le gustaría retirarse de blanco, pero puede haber un problema. Que el Mundial de Catar se dispute en los últimos meses de 2022 y no en verano le obligará a renovar con el Madrid un año más, pues su contrato expira el próximo mes de junio.
No sería descabellado que extendiese su contrato hasta 2023, con los recortes habituales en estos casos, para seguir un año más en el club y poder jugar el Mundial como futbolista del Real Madrid, siempre y cuando Croacia logre clasificarse, claro está.
De no ser así, su sueño de colgar las botas de blanco podría irse al traste, y quizá veamos a Modric jugar sus últimos seis o 12 meses como futbolista profesional en una liga menos exigente, exótica y generosa en lo económico.