El Estadio Victoria se quedó en Estadio Derrota. Necaxa no pudo hacer valer su condición de local y romper la igualada con la que el marcador se encendió al principio de los 90 minutos. Fueron los visitanes quienes aprovecharon sus ocasiones.
Monterrey, con un planteamiento poco ortodoxo y muy pragmático sacó el máximo provecho posible haciendo bastante poco fútbol. Una lección magistral de Antonio Mohamed desde el banquillo.
Con Funes Mori en el banquillo, las opciones de los 'Rayados' en casi ningún momento pasaron por apretar en el área rival, salvo en algún contragolpe aislado con la velocidad de hombres con Pabón.
Necaxa sí que trató de controlar el partido, pero sus opciones de ataque no generaban demasiado peligro en las inmediaciones de Barovero.
Los 'Rayos' efectuaron un fútbol de globos sonda y si cuela, pues eso que se llevan. Pero los centros bombeados y frontales rara vez son un peligro para una defensa bien organizada, y eso es lo que construyó Mohamed.
Eso sí, estuvo muy cerca de sentenciar la eliminatoria Monterrey en un contragolpe que terminó en el fondo de la red pero que fue invalidado por fuera de juego en el momento del último pase.
El ritmo era lento, justo lo que le convenía a los 'Rayados', pero con la llegada de la segunda mitad se fueron abriendo los espacios un poco más. Aun así, el miedo a echar por tierra todo seguía siendo demasiado alto.
Los de Mohamed intentaron pillar a Necaxa en un renuncio en varias ocasiones, pero ni Funes Mori, que entró por el lesionado Janssen, ni Vangioni, lograron romper la igualada.
Solo necesitaba un gol el cuadro local, pues su mejor posición en la tabla le daba el pase en caso de empate en el global. En el minuto 91 en una de las últimas acciones del partido, los 'Rayos' estrellaron el cuero en la madera.
Para más inri, unos minutos después, con una Necaxa volcado en ataque, Pizarro puso el cuero en el segundo palo y Funes Mori remató a puerta vacía. Monterrey ya espera rival.