Corría el minuto 77 del partido. El Valencia se había visto por delante en el marcador, pero el VAR había anulado el gol de Guedes por fuera de juego de Gameiro. Fue la gota que colmó la paciencia del delantero francés.
Cuando vio su dorsal en la tablilla del cuarto árbitro, estalló. Con cara de pocos amigos se fue a la banda, pese a que Mestalla le estaba despidiendo con aplausos. Se saludó con Santi Mina y se encaró con Marcelino.
Le recriminó algo, aunque el motivo de su enfado era con Rodrigo, según aseguraron en 'COPE'. Y no quiso escuchar las explicaciones de su técnico. Acabó pagando su enfado con una botella de agua, y visiblemente enfurecido se sentó en el banquillo.
Tal y como contaron en el medio mencionado, el delantero francés estaba bastante molesto con Rodrigo por no pasarle el balón, aunque todo quedó aclarado en vestuarios y no hubo ningún problema entre ambos.