El Sevilla dejó claro al Spartak qué partido le iba a plantear desde el primer minuto. Suyo sería el balón, obligando a los rusos a replegarse y buscar las contras. Desafío aceptado.
Porque sólo necesitó el Spartak 18 minutos para romper la zaga sevillista. Un córner a favor mal sacado se convirtió en un contragolpe letal para el Sevilla. Centró Eshchenko y Promes remató de cabeza, ganándole la posición a la perfección a Kjaer.
Un tanto que parecía entrar en los planes del Sevilla. No cambió demasiado el panorama, pues el Spartak se quedó tan replegado como antes del gol, dejando que fuera el Sevilla el que generase el fútbol.
Si el tanto local llegó en un córner, también así llegó el visitante, pero sin contragolpes. Sí con algo de lío, pues el remate de Mercado impactó en la espalda de un rival, y le cayó a un Kjaer que la pegó como pudo y, con cierta fortuna, se coló en las redes de un Selikhov que hoy lo paró casi todo.
La primera parte terminó con una escalada de violencia. Los ánimos se crisparon y el árbitro optó por cortar por lo sano, repartiendo amarillas a discreción.
Eso sí, entre ambos goles ocurrió la jugada que posiblemente cambió el partido. Samedov se 'rompió' él solo, peleando por un balón, y entró en su lugar Melgarejo.
Tras el descanso todo cambió. El Sevilla salió de los vestuarios con otro ánimo, dispuesto a terminar de remontar este partido, y buscó con ahínco el gol del triunfo.
Ben Yedder, Krohn-Dehli y Escudero tuvieron entre los tres cuatro claras ocasiones de gol que, por una razón u otra, no entraron.
Lo intentó por activa y por pasiva el Sevilla, pero no era su noche en ataque. Para colmo, en un contragolpe, el Spartak se sacudió la presión marcando el segundo. Anotó Melgarejo el gol que decantó el partido claramente.
El Sevilla se convirtió en un flan. Dejó de crear juego, comenzó a fallar hasta los pases más fáciles, y el propio Melgarejo, aprovechando uno de los muchos errores del Sevilla en defensa, remató un duro disparo desde lejos al poste.
Si con el empate estaba cómodo el Spartak, ganando lo estaba mucho más. El Sevilla se centró un poco, pero se atascó en ataques posicionales y el Spartak castigó con saña cada uno de los errores de su rival en la circulación.
En el minuto 75 sentenciaba el partido el Spartak. Un buen pase de Kumbarov para Glushakov quien, completamente solo, remató de volea para marcar el tercero. Sentencia, sí, pero los goles siguieron llegando.
Poco después, fue Luiz Adriano el que aprovechó un pase de Promes, y sobre el pitido final, el propio Promes redondeaba la goleada ante la pasividad de la zaga sevillista, yéndose de dos en el área casi como sin ganas.
Dura lección aprendida, esperamos, por el Sevilla. Los de Berizzo se vieron superados durante un cuarto de hora en la segunda parte y se vinieron abajo, dejaron de creer en sí mismos, y el Spartak les pasó por encima.
Sin embargo, no está todo perdido. El Sevilla sigue con opciones, pese a que este resultado, y el del Maribor-Liverpool, les manda a la tercera plaza.