La afición 'red devil' ha pasado verdadero miedo en este final de año. Con la Premier a una distancia casi insalvable, vio como el Middlesbroug le puso contra las cuerdas pese a haber estado a remolque todo el partido.
Los locales dominaron el partido desde primera hora con una buena presencia en el centro del campo y una precisión bastante notable a la hora de subir el balón jugado a la línea delantera.
De hecho, el United pudo adelantarse cerca de la primera media hora tras un gol increíble de Zlatan Ibrahimovic. El delantero remató a lo 'Kung Fu' un balón servido al área, pero el árbitro entendió que fue falta y lo anuló.
El partido se marchó al descanso sin demasiada historia y, a la vuelta, los de Karanka perdieron la timidez y se empezaron a venir arriba. Así llegó su tanto, obra de Leadbitter en el 67, un gol con el que los 'red devils' estaban descendiendo al infierno.
Viendo que su pupilo dio órdenes de jugar sin riesgos, Mourinho le declaró la guerra al que fuera su segundo entrenador y alentó a los suyos a seguir atacanto constantemente.
Y, tanto fue el cántaro a la fuente, que los 'red devils' lograron los tan ansiados tres puntos. Martial, en el 85, marcó el gol del empate y Pogba, dos minutos más tarde, sentenció, para que Mourinho no se atragante en este final de 2016 con las uvas.