No es un Liverpool, no es un Manchester United, pero Daniel Levy y la afición del Tottenham son exigentes. En un proyecto en crecimiento constante, Mourinho debe curar heridas y poner parches nada más llegar a Londres. Y para eso ha llegado el luso, como recuerda 'AS'.
Como en cualquier equipo, lo primero es recuperar la confianza del vestuario. Tras una ilusionante temporada en la 2018-19, sobre todo con esa final de Liga de Campeones, la plantilla ha visto cómo no sale nada en este primer tercio del curso. Urge cambiar el chip.
Para ello, el cuadro británico necesita encontrar una dinámica positiva y constante de resultados. Algo que no consiguió Pochettino. En lo que va de campaña el club 'spur' no ha logrado enlazar más de un triunfo de forma consecutiva. Algo primordial para hacer un buen papel en una liga tan competitiva como la Premier.
Cuando encuentre ese camino, Mou estará más cerca de recuperar su relación con los títulos. Aunque en los últimos años se le ha resistido (ganó la Europa League en 2017), el luso casi siempre ha sido garantías de levantar algún trofeo a final de temporada.
El portugués está dispuesto a cambiar ciertas cosas en cuanto a mentalidad. Una de ellas es la de mirar más a los jóvenes, una idea que casa con la del Tottenham.
Además de líder, Mourinho tendrá que hacer de psicológo con dos de las piezas más importantes de la plantilla. Los nombres propios son Christian Eriksen y Dele Alli.
El danés está más fuera que dentro de la entidad. Los rumores sobre su salida se acrecentan con el paso de los días, teniendo incluso opciones de marcharse en el próximo mercado de invierno. Como cuenta 'AS', Mou le ha prometido a Levy tratar de convencer al futbolista para que se quede... al menos hasta que acabe el curso.
En cuanto al inglés, el portugués espera recuperar la mejor cara de uno de los jóvenes más prometedores del país. Las lesiones no han ayudado y 'The Special One' intentará encauzar su rumbo. Mou ya saca la libreta.