El Deportivo está en una nube. Su racha de victorias seguidas en Liga se amplió a seis con el triunfo ante Las Palmas, que no fue capaz de doblegarles. Partido muy completo de los locales y bastante desacertado de los visitantes, que solo pudieron marcar gracias a un gol en propia.
Los de Pepe Mel consiguieron erigirse en los protagonistas del partido durante los primeros compases. El más activo fue Rubén Castro, que tuvo un par de buenas ocasiones para marcar. Pero los gallegos se defendieron bien y acabaron adelantándose con un testarazo de Sabin Merino en el primer palo.
Falló Curbelo al perseguir la marca y falló Vallés, al que le entró la pelota entre las piernas. Sirvió la diana para que se soltaran los locales, pero, poco a poco, cedieron el control del duelo. No supieron los amarillos invertirlo en el empate: sus pases estaban siendo imprecisos; incluso Pedri conectaba mal.
A los gallegos les estaba pasando lo contrario: les salía todo. Parecen tocados por una varita mágica. En la segunda mitad, los canarios empezaron bastante mejor, pero sus contrincantes entraron en el cuerpo a cuerpo y estaban ganando por puntos, pero lo que no sabían es que se les estaba agotando la suerte.
Somma fue a despejar un pase raso lateral de Srnic, pero se rebaló y le acabó saliendo un remate perfecto y pegado al poste de su propia portería para batir a su guardameta. Poco les duró la alegría: este Dépor es imparable y tardó unos minutos en volver a ponerse por delante.
Fue gracias a otro resbalón, en parte: Bóveda cabeceó un centro lateral de Mollejo al fondo de las mallas y De la Bella, que tendría que haberle cubierto, se cayó al suelo en plena jugada. Fue el gol de la victoria: Las Palmas dominó la posesión hasta el final, pero no pudo penetrar el muro.