Antes de que Gallardo se convirtiera en su entrenador, River Plate tenía cinco títulos internacionales: las Copas Libertadores de 1986 y 1996, la Intercontinental de 1986, la Supercopa de 1997 y la Interamericana de 1987.
Desde su llegada al banquillo de River, el club ganó seis: la Copa Libertadores en 2015 y 2018, la Recopa Sudamericana en 2015 y 2016, la Copa Sudamericana en 2014 y la Copa Suruga Bank (que juegan los campeones de la Liga Japonesa y la Copa Sudamericana) en 2015.
La conquista de la Copa Libertadores este domingo en Madrid a costa de su más enconado rival, Boca Juniors, ha dejado a Gallardo con nueve trofeos y como el entrenador más exitoso de la historia del club, junto a Ramón Díaz.
Pero la ambición del 'Muñeco' no acaba ahí. El técnico del 'Millonario' ya está pensando en el siguiente paso que comenzará el próximo día 18 de diciembre, el Mundial de Clubes.
"Siempre hay cosas para pensar pero esto no se termina aquí, esto continúa. El hincha de River va a exigir ganar en Abu Dhabi", comentó el entrenador en 'Radio Rivadavia' en relación a la siguiente cita del equipo de Núñez.
Contando su etapa como jugador y como técnico de River, Gallardo suma 17 títulos, cinco menos que Ángel Labruna, el ídolo máximo del club.
Gallardo en los últimos años se hizo conocer como 'Napoleón' por su astucia para ganar las "batallas", especialmente los duelos de eliminación directa.
El entrenador, de 42 años, rechazó varias ofertas para dirigir en el exterior y también declinó públicamente ser considerado como un candidato al puesto de seleccionador de la 'Albiceleste' porque tiene diferencias con los actuales directivos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
El presidente de River Plate, Rodolfo D'Onofrio, y el director deportivo, el uruguayo Enzo Francescoli, aseguraron este domingo, tras el éxito en Madrid, que Gallardo continuará en 2019.
Pero la exigencia de Gallardo no llega sólo de parte de los aficionados y de la directiva, es el propio 'Muñeco' el que apunta más alto: "Hay una exigencia que no sólo está en River, sino en uno mismo".
Como todo buen líder, Gallardo forjó un equipo de trabajo que incluso puede funcionar sin él al mando. En Madrid, el segundo entrenador, Matías Biscay, tuvo que hacerse cargo del equipo porque Gallardo estaba suspendido.
El resultado ya es conocido: victoria por 3-1. Biscay también tuvo que dirigir el partido de ida de la final que se jugó en La Bombonera y que terminó igualado 2-2.
Los dos partidos en los que el cuerpo técnico cumplió sin él en el banquillo, no son la excepción, sino la regla. Biscay lo reemplazó en ocho partidos, de los cuales ganó cinco y empató tres.
"Había que hacer un click rápido, si nos dejábamos llevar por el enojo podíamos dar la ventaja que querían que diéramos", comentó en referencia al partido del Santiago Bernabéu.
La clave del éxito de River es su unidad, bajo el mandato de Gallardo todos van a una: "Teníamos que estar con fuerza, unidos, convencidos de la única manera de ganar esta copa era estando de esa manera".
La próxima "batalla" de 'Napoleón', tras conquistar la Copa Libertadores en la capital española, será el 18 de diciembre en los Emiratos Árabes Unidos.
Ese día, River Plate debutará en las semifinales del Mundial de Clubes ante el ganador del partido que enfrentará al Esperance de Túnez, campeón africano, y al vencedor de la eliminatoria previa entre el Al Ain local y el Wellington neozelandés.
Si River Plate gana este torneo, Gallardo superará a Díaz como el entrenador más exitoso del club y se acercará un poco más a Labruna, el, por lo menos hasta ahora, ídolo máximo del club.