En una entrevista concedida a 'Globoesporte', el azulgrana comentó abrumado: "No sé de dónde venía, pero recibí un puñetazo en la boca. Gracias a Dios, no fue nada grave. Sólo fue un golpe".
Entre los centenares de aficionados que saltaron al césped del estadio andaluz al término del encuentro, uno de ellos agredió al brasileño en la boca.
Por ello, Ney salió del estadio escoltado por la seguridad y regresó a Barcelona con la boca aún hinchada.
Sin duda, una acción lamentable.