Y es que el brasileño tuvo que ser protegido para poder botar los saques de esquina, algo que no dudó en comentar una vez finalizado el encuentro.
"Tiraron la merienda completa. Tiraron baguettes, refrescos… Tiraron de todo. Esto no es fútbol. No sé si la federación ve esto como futbol…", aseguró el '10'.
El ex del Barça también hizo referencia a la segunda amarilla que le costó la expulsión del terreno de juego: "Creo que fue exagerada e injusta. Fue una jugada en la que ya había sufrida una falta, me llevé un golpe por detrás y me enfadé. Por eso me giré. Es de locos dar esa patada por detrás y con el juego parado".
"Al final hice lo que el árbitro quería, que era expulsarme y aparecer más que los jugadores", aseguró Neymar, quien dejó caer así que el colegiado quiso ser protagonista.
El jugador brasileño dejó claro que fue un partido duro: "Me dieron bastante durante todo el partido y tengo marcas en el cuerpo".