El libro de Neymar en el mundo del fútbol escribió otro capítulo feo. Concretamente, con los colegiados. Porque el brasileño fue expulsado en el tiempo de añadido del PSG-Girondins y se fue al vestuario encendido y aplaudiendo irónicamente a los árbitros.
Corría el minuto 92 y acaba de ser víctima de una falta en una llave de judo que ni siquiera provocó la amonestación en su rival. Sacó rápido el equipo de Tuchel, perdió la bola y Neymar tumbó a Adli con una fuerte zancadilla, innesaria a todas luces teniendo ya una tarjeta.
El árbitro, que acababa de anular a instancias del VAR el 5-3 de Icardi, señaló la falta y pausadamente mostró la segunda amarilla y la consiguiente roja. No le hizo nada de gracia a Ney, que incluso fue reprendido por Mbappé mientras protestaba, pues se arriesgaba a perder los nervios y quedar expuesto a una sanción mayor.
Lo cierto es que la cartulina no admitió dudas y Willy Delajod obró bien con el reglamento en la mano.
Se calentó mucho el futbolista, que se marchó al vestuario echando espuma por la boca e incluso aplaudió reiteradamente a los colegiados por la determinación con bastante sarcasmo.
Incluso hubo quien llegó a ver una expulsión provocada por parte de Neymar para liberarse así del fútbol la próxima jornada y poder acudir al Carnaval en Brasil, si bien horas antes él mismo había dejado claro que no acudiría.
Neymar había visto la cartulina amarilla al filo del descanso, cuando fue uno de los jugadores del PSG que se fue a pedir explicaciones al colegiado después del surrealista gol con el que el Girondins hizo el temporal 2-2. Protestó y se llevó la amarilla.
Luego, pese a que durante el choque se llevó algunas patadas feas, realizó esa entrada innecesaria sobre Adli que le llevó a las duchas y que hizo que lloviera sobre mojado tras su último conflicto con un colegiado en la Ligue 1.