Un día más en la oficina. Tras un comienzo de Ligue 1 de lo más dubitativo con dos derrotas y numerosos problemas de toda índole, el Paris Saint-Germain ha vuelto a la rutina. Y esa no es otra que ganar casi cada duelo de la competición francesa.
El cuadro de Thomas Tuchel continuó con su escalada clasificatoria este viernes a costa de un Angers que fue la víctima idónea para el cuarto triunfo consecutivo de un cuadro parisino que no tuvo realmente rival sobre el césped del Parque de los Príncipes.
Desde el pitido inicial, el PSG salió al máximo de revoluciones para tratar de dejar sentenciado el choque. Y prácticamente cumplió con unos primeros 15 minutos que bien pudieron acabar con un 3-0 en el marcador.
Florenzi, con una magnífica volea con muchísima parábola, adelantó a su equipo en el 7'. Antes, Mbappé estuvo muy cerca de batir a Bernardoni y, con posterioridad, el propio Kylian y Neymar rondaron el gol.
El Angers, que no cruzaba casi el centro del campo, ganó algo de aire con el paso de los minutos e incluso dio la sensación de poder hacer algo cuando el duelo alcanzó la media hora, pero la dupla letal del equipo de París no estaba por la labor.
Y es que Mbappé se metió por un hueco inexistente entre dos defensas, pisó el área, dio el pase de la muerte y ahí apareció Neymar para, con un zurdazo, clavar el segundo puñal en el corazón del conjunto rival antes de que el duelo se marchase a los vestuarios (36').
Tras el descanso, la alegría del Angers, que no renunciaba al gol pese al dominio de su rival, parecía desvanecerse por completo con el 3-0 de Neymar en el minuto 48. El brasileño cazó un balón suelto en el corazón del área y no perdonó para firmar su doblete.
El partido estaba sentenciado, pero de inmediato el cuadro visitante le aplicó al mismo primeros auxilios para devolverlo a la vida gracias a un buen tanto de cabeza de Traoré. Pero el 3-1 en el 52' era un total espejismo.
Sin tiempo casi para pestañear, en el minuto 57, Julian Draxler aprovechó un centro perfecto desde la izquierda del joven neerlandés Bakker para colocar el 4-1 y hundir definitivamente el espíritu guerrero de su rival.
El castigo incrementó cuando Gueye, con ayuda de la defensa, redondeaba la goleada con el 5-1 en el minuto 71 de un duelo cuyo tramo final sirvió para deleitar a todos con las diabluras de un Neymar motivado tras sus dos primeros goles en la presente Ligue 1 y para que Mbappé se sumase a la fiesta anotando el 6-1.
Así, con el set en el electrónico del Parque de los Príncipes, el PSG se colocó a la estela del Rennes, líder de la competición, y deja claro que el piloto automático ya está conectado en la nave parisina.