El Valencia acumuló una decepción más a su ya de por sí desangelada temporada en Copa, una competición en la que la afición valencianista aún tenía ciertas esperanzas.
El Celta pasó como un ciclón por un estadio de Mestalla que fue casi su casa y, encima, se vio favorecido por las circunstancias. En pleno clima de crispación, los vigueses sólo tuvieron que aportar seriedad para irse con la eliminatoria sentenciada de vuelta a Vigo.
Entre protestas antes del partido y pitos en el terreno de juego, el Celta se adelantó por un penalti inexistente del joven Javi Jiménez sobre 'Tucu' Hernández (dejó la pierna). No habían pasado ni 3 minutos, pero Iago Aspas transformaba el penalti y el resultado se convertía en una losa imposible de levantar para un cuadro que está en la UVI.
Todavía antes del minuto 20, el Celta anotaría dos tantos más, uno en las botas de Bongonda y otro marcado por Wass a placer en el área pequeña, precisamente a pase del belga.
Entre parada y parada de Jaume, que regresaba al equipo, Munir y Santi Mina hacían patentes las dificultades en ataque de un equipo que, con todo, maquillaría el resultado con un penalti transformado con suspense por Parejo en la segunda mitad.
Guidetti, que había entrado en la segunda parte, redondeó la goleada celeste al regatear a Jaume y empujar a puerta vacía el 1-4 a un cuarto de hora del final.
El Valencia acabó rendido y ya sólo pensando en la Liga. No les queda otra a los valencianistas, que tendrán que hacer lo imposible para salvarse de un descenso que hoy en día es una opción más que real.