Es absolutamente inverosímil lo que está haciendo el Cádiz de Álvaro Cervera. No hay gaditano a día de hoy que no se frote los ojos al vislumbrar que su equipo, tras haber disputado las ocho primeras jornadas del campeonato, es colíder de Primera División. Y es que este Cádiz, al margen de que guste o no su forma de jugar, sabe lo que quiere y debe hacer.
Los planes salieron a la perfección en Ipurua. Nuevamente, a domicilio. El Cádiz suma cuatro victorias en los cuatro partidos que ha disputado lejos del Carranza este curso (Huesca, Bilbao, Madrid y Eibar). Unos números que se entienden al ver jugar a este equipo, mucho más cómodo sin tener que llevar la manija del encuentro, y al Eibar lo trituró a contragolpes.
Pocos ataques, pero tan efectivos que parece hasta insultante hacia el resto de conjuntos de la categoría. El Eibar hizo todo para ir ganando al descanso, sin embargo, tuvo que lidiar con un 0-2 tras el paso por vestuarios. Negredo y Salvi hicieron sus diabluras de nuevo y el Eibar concedió lo justo para que el Cádiz ejecutara su juego mediante contraataques veloces.
Mendilibar puede estar contento con el trabajo de los suyos, que la semana pasada valió para vencer en el Pizjuán. Bryan Gil brilló en los primeros minutos y el Eibar se gustó atacando y combinando por las bandas. El guion de partido era claro, pero hubo un giro sorprendente que decantó el choque al filo del entretiempo en Ipurua.
En el 36', centro de Espino y testarazo picado de Negredo, que se quitó diez años de encima con ese movimiento de cuello. Espectacular. No tan bien la defensa 'armera', que se mostró en cueros en ciertos momentos. Y es que, a los tres minutos, Salvi aprovechó otro robo para plantarse solo en el área y ganar el mano a mano ante Dmitrovic. 0-2 en un abrir y cerrar de ojos.
Pidió falta previa Diop en el 0-1. Pudo haberla, pero que ello no ensombrezca ni una pizca la capacidad goleadora de este Cádiz de Cervera, y la manera de generar ataques con tan poco. No obstante, para que la cosa arriba funcione, también debe hacerlo atrás. Momentos antes del 0-1, Ledesma evitó el gol del Eibar en un cabezazo de Inui. El guardameta argentino está a un nivel excelso.
Con esos dos mazazos, el Cádiz logró aplacar el ánimo del Eibar. Salió más hundido y con menos frescura al segundo tiempo. De hecho, Lozano vio cómo le anulaban -justamente- lo que pudo ser el 0-3. El cuadro vasco se adueñó de la posesión, pero no fue capaz de romper el muro defensivo de Cervera, que encima metió más madera al asunto con un triple cambio para dar entrada a Bodiger, Garrido y Augusto Fernández.
Se desesperó todo el Eibar, incapaz de tocar en la puerta de Ledesma para meterse en el partido. Los de Mendilibar volvieron a caer en Ipurua, pero se mantienen la zona noble de la clasificación. El Cádiz va en serio, muy en serio, y ya es colíder de Primera División con los mejores números como visitante. Y como empiece a carburar el Carranza...