No diga efectividad, diga Gameiro

Con dedicatoria a su abuela, fallecida esta semana, y con el balón del partido bajo el brazo, abandonó el terreno de juego de El Molinón. Allí llegó como suplente por quinto choque seguido, salió al campo a la hora de juego y en cuatro minutos y 45 segundos marcó tres goles incontestables y decisivos para la victoria.

Ya suma doce en esta temporada, nueve concentrados en la Liga, en la que ya ha alcanzado a Griezmann como máximo goleador de su equipo en el campeonato de este curso, y es el futbolista del Atlético con mejor promedio minutos-goles de toda la plantilla entre todas las competiciones, con esa docena de dianas en 1.759 minutos de juego.

Un gol cada 146 minutos, inigualable para el resto de sus compañeros. Para Griezmann, con 16 en 2.926 minutos (uno cada 182 minutos); el belga Yannick Carrasco, con doce en 2.137 minutos (uno cada 178); Fernando Torres, con seis en 1.446 minutos (uno cada 241), o Ángel Correa, con siete en 1.476 (uno cada 210 minutos).

Una respuesta rotunda contra las dudas. Sólo había marcado dos goles en sus últimos quince encuentros; por primera vez en el curso se había quedado sin minutos en un partido, ante el Leganés; había fallado un penalti hace diez días ante el Barcelona; también una ocasión inmejorable ante el Celta; había perdido la titularidad; no lograba un tanto en la Liga desde el pasado 27 de noviembre...

Gameiro, al que se le ha visto desesperado por momentos en este último tramo del curso cuando ha fallado alguna oportunidad, como el pasado domingo cuando remató al larguero en los instantes finales del choque ante el Celta en el Vicente Calderón, nunca ha dejado de trabajar, de correr y de esforzarse contra la presión del gol.

"Los goles vienen en buen momento. Ha sido un momento difícil durante un mes, pero ahora estoy bien de cabeza y físicamente y estoy preparado para ayudar al equipo a marcar goles y a ganar los partidos. He fallado un penalti hace diez días, un gol en el Calderón la semana pasada, pero es el fútbol. Era un día especial para mí. Estaba muy preparado en la cabeza", dijo el atacante después de su exhibición goleadora; 32 minutos, incluido el tiempo añadido, extraordinarios del delantero contra el Sporting.

Tres goles cruciales para el Atlético, como lo fueron antes sus anteriores tantos o sus asistencias, sobre todo en el comienzo de la campaña. En la primera jornada, ante el Alavés, marcó el único gol de su equipo (1-1); en la cuarta, frente al Sporting, dio el 1-0 a Griezmann y aportó el 2-0 (5-0); en la sexta, contra el Deportivo de La Coruña, fabricó y regaló el 1-0 final a su compatriota; en la séptima, en Valencia, también dio el 0-1 y anotó el 0-2; y en la décima contra el Málaga, con dos de las cuatro dianas de su equipo.

Después, perdió incidencia en los triunfos de su conjunto, sin acierto sobre la portería contraria, hasta el pasado domingo ante el Celta, cuando asistió a Griezmann en el 3-2.

"Ahora estoy preparado. Aquí trabajamos mucho. Para un delantero no es fácil. Por eso, a veces cuando estamos delante de la portería no tenemos la frescura para marcar los goles, pero eso se trabaja. Ahora estoy bien, conozco más a mis compañeros y estoy más preparado", abundó un atacante relanzado: "Sé que voy a marcar muchos goles aquí y que vamos a ganar algo".