Las alarmas en el Atlético de Madrid se han apagado y la tensión que generó la eliminación de la Champions League ya es agua pasada. El equipo rojiblanco tiene nuevos objetivos y ya se centra en LaLiga, en la Copa y en la Europa League.
En el campeonato doméstico ha recuperado la capacidad y los goles llegan de una forma más fácil. Griezmann ya no recibe pitos y la defensa ha vuelto a ser un muro difícil de derribar. Tanto es así que el portero Jan Oblak sigue siendo el cerrojo de LaLiga al haber encajado tan sólo un gol en noviembre y diciembre.
El último tanto que recibió el Atlético de Madrid fue el de Willian José desde el punto de penalti en el triunfo ante la Real Sociedad por 2-1, de modo que Deportivo, Real Madrid, Betis, Levante y Alavés no han logrado batir al portero esloveno, que le está poniendo las cosas demasiado difíciles a Ter Stegen en la pelea por el Trofeo Zamora.
En los últimos diez partidos que ha jugado el Atlético de Madrid, Oblak tan sólo ha tenido que recoger el balón del interior de sus mallas en tres ocasiones, así que el equipo de Simeone ha recuperado fuerza ofensiva y defensiva. No hay quien pueda con Oblak.