"¿Los chinos? Es un gran dolor pero yo no podía continuar en el Milan. Así encontré a ese señor chino que prometió que invertiría 250 millones para reforzar al equipo. Otra cosa es la valoración del mercado", explicó.
Berlusconi reconoció que su familia no podía seguir el ritmo del fútbol actual: "Desde que entró en el fútbol el dinero del petróleo todo se ha convertido en un 'Monopoly'. Los jugadores del nivel del Milan cuestan una fortuna por el traspaso y por el salario. Una familia como la mía no tenía posibilidades de seguir así, de gastar cada año todo ese dinero".
"He amado mucho al club, mi padre me llevaba a ver al equipo, festejaba cuando ganaba y mi padre me consolaba cuando perdía y me decía que nos recuperaríamos. Y sucedió", recordó entrañablemente el ex propietario de la entidad lombarda.