Dicen los que van (o son, que son los menos) de filósofos que lo que hacemos en el presente tendrá su repercusión en la eternidad. Eso hizo Cristóbal Colón, al descubrir e iniciar la conquista del continente americano allá por 1492. Pero no se le puede aplicar al otro Colón, el mismo que defraudó a su público en un partido en el que se mostró falto de ideas y muy blando en ataque en el regreso de la Sudamericana.
Tampoco Argentinos regaló una obra magistral de fútbol. Pero sí de sacar el máximo provecho posible a los recursos. Y en eso, pocos le ganan al 'Tanque' Silva. El nuevo fichaje de los de la 'Paternal' sacó petróleo de cada medio balón que recibió. Aislado y lejos de ser el centro de las miradas de sus atacantes, nunca necesitó una pelota redonda, más de dos segundos o de unos pocos centímetros para llevar el miedo a la grada.
Colón y Argentinos acabaron la Superliga separados por un solo punto en el pozo de la tabla. Los locales, antepenúltimos; los visitantes, colistas. Nadie podía esperar un derroche de gambetas o sucesiones de pases medidos, aunque, al menos, a falta de fluidez sí que gastaron intensidad y, sobre todo en el arranque, ocasiones.
A los 20 minutos, ambos equipos habían disfrutado de dos ocasiones claras de gol. Los locales se toparon con el pecho, primero, y una gran mano, después, de Chávez. Por su parte, Silva no decidió bien en las dos primeras ocasiones, aunque sería clave para abrir el marcador y lograr el que resultó ser el gol decisivo del partido.
En una de esos regalos con truco, Silva se peleó con medio Santa Fe para tocar con la cabeza un balón sin rumbo que sobrevolaba en área. Pero no un toque cualquiera. Acomodó el balón a Romero, que le pedía justo ese movimiento con la mirada. Pensado y hecho. El 'Tanque' conectó con su compañero que, con una pizca de suerte, pudo controlar y superar desde fuera del área a Burián.
El gol llegó cuando mejor estaba plantado Colón. Los locales reaccionaron tras un inicio algo más convincente de Argentinos. Despertaron, probaron a Chávez y parecían comprender que debían inflar algún colchón, ya fuera de goles o de sensaciones, para afrontar la vuelta.
Sin embargo, el 0-1 noqueó a los de Santa Fe, que no lograron alternar el resultado al descanso.
La segunda parte arrancó con las consecuencias habituales del resultado. Colón, sobreexcitado por el paso de los minutos y el marcador, pidió tres penaltis en apenas diez minutos que el VAR le negó. La ansiedad, como suele ocurrir, alejó a los de Pablo Lavallén de crear ocasiones y pensar un plan alternativo para, al menos, tener opciones de sorprender a Chávez.
El paso de los minutos adelantó a Colón en el campo, pero no en las sensaciones de lograr empatar. Argentinos lo supo y accedió a pagar el precio de esperar y desear algún contragolpe que matara el encuentro y casi la eliminatoria. Silva, haciendo de las suyas, pudo sacar mucho de casi nada en un par de ocasiones, pero, finalmente, el partido se fue cerrando hasta concluir sin demasiados sustos para los de la 'Paternal'.