Ha nacido una rivalidad. La afición del Cádiz recordará bastante tiempo qué equipo les privó de celebrar el ascenso en el Carranza: el Fuenlabrada. En un encuentro con un primer acto muy aburrido y una segunda mitad alocada, los 'kirikos' jugaron muy bien sus cartas y se llevaron los puntos con gol de penalti de Hugo Fraile. El empate estuvo en la testa de Nano Mesa y Nteka se lo negó.
La primera parte fue de las más desdeñables del fútbol posparón. También de las más curiosas, pues los de Cervera se vieron obligados a cambiar totalmente su estilo. Lejos de ir a la contra y ceder el esférico a su rival, se hizo con su control y, con superlativa parsimonia, iba buscando huecos.
Los 'kirikos' parecían cómodos con esta atmósfera. Ni siquiera se acercaban a los dominios de Cifuentes. Su mayor misión era evitar que el Choco, el más activo del ataque contrario, lograra generar peligro. Cala también supuso un problema en los saques de esquina.
Toda la emoción que no tuvieron los 45 minutos iniciales se concentró en el inicio del segundo acto. Una mano de Cala valió para que Hugo Fraile firmara el 0-1 de penalti, lo que puso en guardia a los amarillos: el ascenso estaba en peligro. Las prisas fueron, como de costumbre, malas consejeras, y casi cometen otra pena máxima, pero lo anuló el colegiado por fuera de juego previo.
En cuanto se calmaron las cosas, el Cádiz se hizo de nuevo con el control del partido. Lo malo era que creaban incluso menos ocasiones que en la primera mitad. Para colmo, el Fuenla empezó a estar más suelto e incluso pudo poner el 0-2 por mediación, de nuevo, de Hugo Fraile.
Los 'kirikos' echaron el resto atrás y, cuando tocaba, cometían faltas para parar el ritmo del juego, lo que desquiciaba todavía más a sus rivales. No pudieron evitar, eso sí, que hubiera un asedio en los minutos finales. De ahí que Nano Mesa tuviera el gol del ascenso en su cabeza, pero Nteka lo sacó bajo palos, condenando a los andaluces a esperar.