Sahar Jodayarí se suicidó tras ser condenada por ir a un partido de fútbol en Irán, un país en el que la mujer tiene prohibido acudir a los estadios para poder disfrutar en primera persona de un evento deportivo.
Después de conocer que debería pasar por la cárcel, la activista iraní decidió inmolarse a las puertas del juzgado. Un acto que sigue provocando reacciones de todo tipo.
La FIFA fue la última en sumarse, asegurando que lucharía por la libertad y seguridad de las mujeres de Irán. Ahora, miles de mujeres piden igualdad en Irán para poder acabar con una ley sexista y machista.
Por su parte, Amnistía Internacional también se ha pronunciado: "No es suficiente. Exigimos medidas importantes de inmediato para levantar la prohibición de que las mujeres ingresen al estadio y eliminar la discriminación contra las que quieren disfrutar del fútbol".
Clubes como el Betis y la Roma decidieron cambiar los colores de sus escudos por el habitual azul que siempre lucía Sahar para sumarse a un movimiento con el único fin de conseguir unas normas igualitarias y que ninguna otra mujer más sea castigada por ver un partido de fútbol en Irán.