Ni se les ocurra dar por muera a la Unión Deportiva. Jamás. Cometió ese error el Sporting cuando iba ganando por 0-2 en Canarias y acabó cabizbajo. A una primera mitad algo sosa que solo animó Djuka con un doblete siguió una segunda de garra, de lucha encomiable por parte de Las Palmas. Vital victoria para espantar las malas sensaciones de después del derbi canario.
El encuentro fue uno de picos. Había minutos en los que se concentraban varias ocasiones de mucho peligro y otros, que se hacían muy largos, en los que ninguno de los dos conjuntos lograba poner en aprietos al portero rival. Se le dio mejor al cuadro gijonés esto al principio.
Y, si se le dio mejor, fue por Djuka. Provocó un penalti de Domínguez después de esquivarle en el área, lo transformó y, más tarde, dobló él mismo la distancia apoyado en un pase soberbio de Gragera que le dejó solo ante el meta. Manu García, soberbio y mágico como de costumbre, amargaba a los locales, que no encontraban forma de acercarse a Mariño. Iemmello sigue sin brillar.
Pero quien sí brilla es Rober, y mucho. El '24', que tuvo la más clara de su equipo en el primer acto, se lo echó a la espalda en el segundo con dos dianas en dos minutos. Cazó un rebote posterior a un córner para recortar distancias y pinchó un centro teledirigido que mandó a la red para poner las tablas.
Los dos pases salieron de las botas de Kirian, otro de los nombres propios de la remontada. Pepe Mel acertó de lo lindo introduciéndole a él y a Mendes y Espiau. Ellos dos generaron el gol definitivo, el de la victoria. Galopada de Clau, pase raso desde el suelo a Edu y definición inapelable con el interior de la diestra.
David Gallego no logró, por contra, hacer que su Sporting despertara. Por mucho que insistiera Djuka arriba y Gaspar Panadero gozara de una gran oportunidad desde la frontal, Manu García se fue apagando, no aparecieron los espacios y ni Babin ni Borja López, siempre a un gran nivel, pudieron evitar lo inevitable: la redención de la Unión Deportiva.