Jan Oblak ha pasado revista en el diario 'The Times' y echó la mirada hacia atrás para recordar su infancia y sus inicios en el fútbol, aunque el esloveno entrenaba a varios deportes.
"Jugué al balonmano en la escuela y eso me ayudó a ser portero. Estoy de acuerdo también con Kasper Schmeichel en lo del tenis. Jugar al tenis me ayudó un montón porque los movimientos son bastante parecidos", comenzó.
Oblak dio clases de fútbol, balonmano, baloncesto... y al final se quedó con el fúbol: "Todos los deportes que practicaba eran con las manos y eso fue clave. Siempre estaba mirando porteros y me gustaba Casillas, Buffon o Dida. Prefiero una parada a un gol".
"Mi padre era mi ídolo y crecí en la portería con él. Muchas veces yo estaba detrás de su portería viendo el partido y cuando él se tiraba, yo me tiraba al mismo lado. Quería ser como él", comentó Oblak sobre su idolatrado padre.
El futbolista del Atlético era ese alumno aventajado que solía jugar con los más grandes. "Cuanto tuve 16 ya estaba en el primer equipo", apuntó.
En cuanto a las bases para ser un buen portero, Oblak opinó que se debe ser valiente y no tener miedo. "Cuando creces ni piensas en su el balón te va a dar o si te pueden lesionar. Necesitas algo de suerte y no siempre vale con el talento, ya que hay que trabajarlo cada día·, acabó.