Una pérdida de Saúl propició un contragolpe que se antojaba letal para el Atlético. Balón interior para Olunga, que le ganó en velocidad a la defensa y se disponía a encarar a Oblak hasta que se topó con el portero.
El esloveno se lo llevó por delante, evitando que el delantero avanzara hacia portería. El colegiado señaló la falta, pero sólo mostró la amarilla pese a las protestas del Girona. La acción pudo costarle la roja al guardameta del Atlético, que al menos evitó la derrota de su equipo en el descuento.
20 de enero de 2018