Parecía que Oblak no iba a tener demasiado trabajo ante el Valencia y acabó siendo protagonista. Una vez más, el portero del Atlético tuvo que aparecer para ayudar a los de Simeone.
No pudo hacer nada ante el disparo de falta de Dani Parejo porque se coló rozando la escuadra y con potencia, pero sí lo hizo algo más tarde.
Fue en un ataque con mucho peligro del Valencia que cogió a la defensa rojiblanca despistada. De hecho, fue Parejo el que tuvo el segundo y la remontada en sus botas.
El capitán fijo la mirada y el disparo en el poste derecho de la portería del Atlético. El balón se colaba dentro hasta que el esloveno se estiró como el que más para meter una mano salvadora.
De no ser así, este pudo significar otro tropiezo de un Atético que tuvo varias ocasiones para celebrar más de un gol en el Metropolitano.