Una conexión letal de Fernando Torres y Griezmann y el inconmensurable partido que realizó Jan Oblak fueron suficientes para que el Atlético de Madrid pusiera los dos pies en San Siro. Los atléticos culminaron su revancha ante el Bayern y tratarán de alzarse con su primera Champions el próximo 28 de mayo.
Para lograr el pasaporte a Milán, los rojiblancos tuvieron que sufrir lo indecible. Pep Guardiola no estaba dispuesto a marcharse del Bayern de Múnich sin ganar una Champions y planteó una presión asfixiante que no dejó respirar a los de Simeone en toda la primera mitad.
La presión agobiante bávara funcionó desde el principio y el estilo local, bastante más directo del que el de Santpedor acostumbraba a desplegar en Barcelona, fue igualmente efectivo en una noche que, por los acontecimientos, acabó convirtiéndose en épica.
Lewandowski desató la ofensiva local con un remate forzado de cabeza que se fue rozando el palo. No se había cumplido el primer cuarto de hora y el Atlético no sabía cómo responder a los continuos ataques del Bayern. Ni tenía el balón, ni podía salir al contragolpe.
La apuesta de poner a Augusto por Carrasco no le salió del todo bien a Simeone y el equipo rojiblanco estaba a merced de un Bayern de Múnich que si no hizo antes el primero fue por la desacertada noche que vivió Lewandowski.
Xabi Alonso iguala la eliminatoria.
Ante la escasez de puntería del polaco y de Müller, el primer tanto tuvo que llegar a balón parado, después de una inútil falta de Augusto en la frontal del área visitante. La infracción era un fiel ejemplo de lo que estaba siendo el partido: el Atlético defendía con todo pero no salía y el Bayern disponía de numerosas tentativas a cada minuto que pasaba.
Xabi Alonso le tuvo que quitar el balón a Ribéry para poder lanzar la falta, pero, tras lograrlo, situó el balón en la red gracias a un golpeo seco que tuvo la suerte de tocar en Giménez y descolocó a Oblak.
El uruguayo quedó descentradísimo tras la acción y su equipo estuvo a punto de pagarlo con la eliminación. Nada más sacar de centro, Ribéry se fue por la banda izquierda y Giménez llegó al cruce, pero su involuntario despeje con la mano no fue considerado penalti por el colegiado del encuentro, un Çakir que tuvo una actuación deplorable.
El turco, que sí que acertó en esta acción, consideró como penalti en el saque de esquina siguiente un agarrón del propio Giménez a Javi Martínez cuando el ex del Athletic de Bilbao se aprestaba a rematar. Pero como la noche estaba escrita para que pasara a la historia, Oblak agrandó su leyenda y detuvo el lanzamiento a un errático Müller, que disparó telegrafiando el lanzamiento y sin ningún convencimiento.
Cambio de decorado.
La parada serenó a un Atlético de Madrid que mejoró algo en la última fase de la primera mitad, sintiéndose muy vivo con un 1-0 al descanso que, si el partido se hubiera desarrollado de otra manera, hubiera sido nefasto.
El paso por los vestuarios cambió la cara a un equipo 'colchonero' que fue otro tras la entrada de Carrasco por Augusto. El belga profundizaba en banda y generaba faltas para su equipo, pero el Bayern seguía a lo suyo: buscando el segundo con ataques desde las bandas y con constantes centros peligrosos al corazón del área.
Tanto se centraron los bávaros en atacar que olvidaron que el Atlético tendría una. Y la que tuvo, la aprovechó. Torres encontró a Griezmann en posición dudosa y el galo partió desde el medio del campo, solo, para superar a Neuer.
La eliminatoria, que había estado muy cuesta arriba para el Atlético, se le ponía totalmente de cara, pero como el partido no estaba para relajaciones, Lewandowski puso el 2-1 con 20 minutos aún por jugar. El polaco aprovechó una fantástica dejada de cabeza de Vidal para empujar a la red el esférico y dar vida a su equipo.
Eran los mejores momentos del Bayern, que hizo lucirse constantemente a un Oblak que demostró por qué es el mejor portero de la actualidad. El esloveno, segurísimo en los balones aéreos, acabaría siendo decisivo en los últimos instantes del choque, y es que el partido tenía reservada una sorpresa más a los aficionados: Torres, eléctrico como en sus inicios, se fue por banda y fue derribado por Javi Martínez cuando entraba en el área.
El error del colegiado -la falta fue fuera del área- no fue a más porque, en un giro de guión digno de Oscar, Torres también falló el penalti. El internacional español, ajeno al fallo de Müller, repitió su lanzamiento y Neuer también copió la parada de Oblak.
No tuvo demasiada importancia, pues aunque el Bayern lo intentó todo, se encontró con un muro en la portería rojiblanca que tuvo tiempo incluso de rechazar un disparo de Alaba desde la frontal que se envenenó tras tocar en un defensa.
El Atlético ya está en Milán y espera a Manchester City o Real Madrid, en lo que podría ser la gran 'vendetta' de lo sucedido en la final de Lisboa.