Un centro lateral de José Ángel fue despejado por la zaga del Atlético de Madrid, asistiendo de manera involuntaria al carrilero derecho del Eibar para poner patas arriba el feudo rojiblanco.
Mientras la parroquia 'colchonera' celebraba el doblete de Fernando Torres en su última noche, Rubén Peña silenció los cánticos festivos con un obús que hundió la mano de Oblak.
Nada pudo hacer el guardameta esloveno para evitar el 2-2, que besó las mallas con vehemencia, aguando la fiesta que el Atlético de Madrid le estaba brindando a su 'Niño'.
20 de mayo de 2018