Qué raro se debió sentir el Arsenal al salir victorioso de un partido de la Premier League ante unos de los candidatos a ocupar plaza europea. Un encuentro con remontada, con goles de pizarras y en el que los de Mikel Arteta, por sorpresa, se hicieron con los tres puntos.
Asombroso, sobre todo, por cómo comenzó el duelo de este sábado en el King Power Stadium para los 'gunners', que tuvieron que lamentar por enésima vez un error en la salida del balón desde atrás que propició el tanto del Leicester durante los primeros compases del choque.
Xhaka y Willian, blanditos y algo escasos de contundencia, perdieron el balón en el perfil zurdo y Youri Tielemans recogió el regalo para conducir el cuero, plantarse ante Bernd Leno y batirle con un disparo cruzado.
Pero los de Arteta, aunque tardaron en sobreponerse al primer gancho de los locales, lograron equilibrar la contienda después de la entrada en el terreno de juego de Martin Odegaard, que cambió el signo del partido.
El jugador cedido por el Real Madrid les dio chispa a los 'gunners' en la zona decisiva de la tabla e incluso participó en la sentencia. Antes, en una acción ensayada a la salida de un córner, el 1-1: Willian la puso con música desde la esquina y David Luiz, de cabeza, firmó el empate.
Quedaban solo cinco minutos para el tiempo de descanso, pero entonces llegó la aportación al partido de Ndidi, que cometió un inocente penalti que Alexandre Lacazette transformó para culminar la remontada de los suyos en solo seis minutos.
Y tras el paso por los vestuarios, cuando se esperaba el arreón del Leicester, el Arsenal golpeó por una tercera vez que, en esta ocasión, sí fue la definitiva. Martin Odegaard condujo y filtró para Willian, que encontró a un Nicolas Pépé que puso el 1-3 con el que se llegaría a la conclusión de la cita del King Power Stadium.
Los de Arteta obtuvieron un triunfo que refuerza la moral del equipo, que da motivos para pensar en algo más que la zona media de la tabla y, lo más importante para ellos, que cayó del lado 'gunner'.