Olarticoechea no esconde la vergüenza argentina

"Y aquí estamos... ¡Eliminados!" pudo haber acotado hoy en el estadio Mané Garrincha el seleccionador del conjunto Albiceleste al poner punto final a una campaña marcada por el fracaso.

Olarticoechea y sus pupilos debieron soportar una fase de grupos irregular por el desempeño colectivo, y salpicada de críticas a un fútbol que no seducía aunque los jugadores lo hubieran dado todo en la cancha.

Tokio, donde hace 52 años quedó sepultado ese registro negro del fútbol argentino en Juegos Olímpicos está de nuevo en el horizonte.

Quizá en Tokio 2020, con los Juegos Olímpicos que sucederán a los de Río de Janeiro, donde ya no habrá quedado un solo recuerdo bueno para el fútbol argentino, llegará el momento de arreglar cuentas con una selección más organizada, mejor estructurada y un técnico apoyado por un proceso, todo lo que no pudo vivir 'el Vasco' Olarticoechea.

El exjugador de tres mundiales y campeón en México'86 llegó al banquillo hace apenas un mes, poco después de la Copa América, cuando Gerardo Martino renunció a su cargo de seleccionador por la falta de apoyo de los clubes locales al equipo olímpico.

Un hecho insólito para un país que en la historia reciente había conquistado el oro en Atenas 2004 y Pekín 2008.

'El Tata' Martino, quien debió dirigir el equipo en los Juegos de Río de Janeiro, no soportó el desprecio de los clubes grandes, reacios a ceder a sus figuras jóvenes para emprender la preparación en Ezeiza, el cuartel general de las selecciones argentinas.

Olarticoechea fue promovido al cargo, pese a que no variaron las condiciones de trabajo.

"Fue muy difícil porque en Ezeiza éramos ocho entrenando. De a poquito nos fuimos armando", reveló hoy Ángel Correa, el mediapunta del Atlético de Madrid quien, pese a ser uno de los jugadores que más luchó para cambiar la suerte adversa, desperdició un penalti cuando el partido estaba 0-0.

Una derrota indiscutible por 2-0 ante Portugal en el debut fue el primer aviso a los navegantes sobre el peligro que planteaba la travesía en Río de un equipo que solo tenía como más mediáticos jugadores al portero Gerónimo Rulli, el mediapunta Ángel Correa y el delantero Jonathan Calleri.

Con dificultades y de nuevo la tribuna en contra, como también ocurrió hoy en Brasilia, Argentina se impuso por 2-1 a Argelia.

"Ganamos una final y nos queda otra para buscar la clasificación", anunció entonces Olarticoechea.

La segunda final la perdieron con un empate.

"Dejaron todo. Obviamente estamos muy tristes, hemos llorado. El fútbol te da esto: alegría y tristeza", dijo el seleccionador al comparecer ante la prensa tras la eliminación.

El técnico se sumó a las críticas por la desorganización en que se armó el grupo pero dijo estar más sensibilizado por el dolor que ha tomado cuenta del vestuario.