Antes de que la FIFA decidiera apostar por un Mundial Femenino, ya se habían organizado dos Copas del Mundo de forma no oficial, sin la ayuda del máximo organizamo internacional.
Dos torneos mundiales no oficiales en los que Dinamarca tocó el cielo con sus manos, al imponerse en las dos grandes finales. Se trata de los Mundiales de Italia 1970 y México 1971.
Y es que 20 años antes de que se jugara el primer Mundial Femenino oficial en China, en 1991, con la FIFA como respaldo, miles de mujeres de todo el mundo ya se habían organizado para alcanzar la gloria.
Pero empecemos por el principio. Todo comenzó en noviembre de 1969, cuando nació la Federación Internacional de Fútbol Femenino (FIEFF) con el gran objetivo de organizar una cita mundial.
Como no podía ser de otra manera, Italia sería la sede oficial del evento, territorio en el que surgió el primer patrocinador principal del fútbol femenino: la marca de bebida Martini & Rossi, que se encargó de pagar el viaje y los hoteles a las jugadoras.
Con todo este apoyo ya en marcha, en julio de 1970 se celebró la Coppa del Mondo Martini & Rossi, en la que participaron siete selecciones: Italia, Inglaterra, Dinamarca, México, Austria, Suiza y Francia.
En la primera gran final femenina de la historia, Dinamarca venció a las italianas por 2-0 frente a más de 40.000 personas en Turín, con una curiosidad más que llamativa: las danesas tuvieron que jugar con la equipación de Bolonia porque le robaron sus uniformes oficiales en el hotel.
De Italia 1970 a México 1971
Viendo el éxito de la primera cita, y aprovechando la infraestructura del Mundial masculino de 1970, la FIEFF decidió repetir al año siguiente, dando lugar a la segunda Copa del Mundo de fútbol femenino, esta vez en México.
En esta ocasión, México, Argentina, Italia, Inglaterra, Dinamarca y Francia fueron las seis selecciones participantes, volviendo a alcanzar la Selección Danesa la final, esta vez frente a la Mexicana.
Una histórica cita en el estadio Azteca que llenó el templo mexicano de punta a punta, con aficionados sentados en las escaleras, en cualquier rincón que se pudiera apreciar, lo que provocó que la gran cita contara con más de 110.000 espectadores, algo insuperable hasta el momento.
5 de septiembre de 2019
Como era de esperar, volvieron a ganar las danesas, goleando 3-0 en la final con un triplete de Susanne Augustesen, estrella del campeonato, de tan solo 15 años.
Este récord de asistencia todavía no se ha podido superar en la actualidad, ya que, para que se hagan una idea, en la gran final entre Estados Unidos y Holanda del pasado Mundial Femenino de Francia, la cifra de asistencias se quedó en 57.900 almas.
Pero no encontrarán referencias oficiales de estas dos históricas cifras en ninguna parte, ya que, como la FIFA no participaba en la organización del torneo, no quedó registrado de forma oficial, de ahí que el primer Mundial Femenino que aparece en todas las referencias sea el de China 1991. Ahora ya saben que 20 años antes el fútbol femenino ya había alcanzado la gloria.