Fue el más claro ejemplo de lo que es este equipo. Con solo once toques pasó de jugar en las inmediaciones de su área a marcar gol. En 30 segundos, sin marear la perdiz, sin alardes innecesarios, el Ajax batió al Heracles.
En un duelo con un innegable aroma a mitología griega (el Ajax toma su nombre del héroe de la Ilíada Áyax 'el Grande', quien recibió ese nombre precisamente de Heracles-Hércules), el primo de Aquiles bailó al semidiós. Y todo comenzó con esta jugada al filo de la media hora de juego.
Como hemos dicho, se inició casi en el área del Ajax. Los de Ten Hag empezaron entonces a tocar, pero sin contemporizar. Todos los pases tenían sentido, y una misión clara: avanzar hacia la portería de Blaswich.
Al final, el balón le llegó a Ziyech, y el marroquí le dio la pausa que necesitaba a la jugada. Buscó alternativas y por el rabillo del ojo vio la internada de Promes. Centro y gol de cabeza del ex del Sevilla.