Oriol Riera ha puesto el punto y final a 16 años en el fútbol. El delantero ha hecho oficial su decisión en una rueda de prenas organizada por el Fuenlabrada y en la que ha leído un extenso comunicado.
El delantero cuelga las botas tras haber pasado por el Barcelona, la Cultural, el Celta, Córdoba, Alcorcón, Osasuna, Wigan Athletic, Deportivo, Western Sydney Wanderers y Fuenlabrada.
"Este deporte te quita más que te da, pero cuando te da te lo compensa tanto que vale la pena recorrer el camino", comenzó Oriol Riera su mensaje para todo un conocido del fútbol español.
El atacante admitió que llevaba ya un tiempo meditando el dejar el fútbol para asumir otros nuevos retos, como el ser entrenador.
"Después de 16 años como profesional pongo punto y aparte a mi carrera como jugador. Han sido años difíciles y a la vez bonitos. Me mueven los retos y ahora es momento de iniciar otro camino, se va el Oriol jugador y empieza el Oriol entrenador. Hace años que lo llevo pensando. Será un reto difícil, pero apasionante. Muchas gracias a mis compañeros, rivales, entrenadores tanto a nivel profesional como en el fútbol base...", continuó.
Este es el comunicado íntegro de Oriol Riera, difundido en la web oficial del Fuenlabrada:
"Este deporte te quita más que te da, pero cuando te da te lo compensa tanto que vale la pena recorrer el camino. Esta es la frase que mejor define este deporte, un camino lento, difícil y con muchos obstáculos para llegar a la cima y poder disfrutar de lo que todo aficionado querría.
Mis recuerdos más antiguos fueron en el fútbol base del Espanyol y del Barça, una etapa muy complicada para compaginar estudios y fútbol donde cada día hacía más de tres horas en coche para ir a Barcelona a iniciar mi sueño. Un sueño compartido con toda mi familia, tuve la suerte de nacer en el seno de una familia muy humilde, sin recursos cuando eran jóvenes, donde construyeron una vida de éxito gracias a unos valores que tanto mi hermana como yo compartimos. Los días que no entrenaba en Barcelona lo hacía con mi familia, mi padre de entrenador, mi madre de portera y mi hermana de recogepelotas.
Fueron pasando los años y entre entrenamientos y discusiones aún recuerdo, en mi etapa juvenil, el debut con el FC Barcelona o los partidos de Champions a los que fui convocado, para nosotros que veníamos de Vic ya era un éxito y sus caras me mostraban este orgullo. Os aseguro que sin los valores que me inculcaron y la ayuda que me dieron nunca hubiera recorrido este camino tan bonito.
He pasado por muchos equipos de España y muchos en el extranjero y en absolutamente todos me he llevado grandes amigos y una experiencia increíble. A veces uno piensa que en momentos difíciles todo es oscuro, pero no es así, hay rayos de luz que van iluminando y mostrando el recorrido que tienes que seguir haciendo sin parar.
La Cultural, mí Cultural. Fue mi primer equipo de fútbol real allí aprendí todo tanto dentro como fuera del campo. Venía del Barcelona, donde todo es fácil, y en León aprendí las bases del futbolista que soy. Siempre cuento que salí de Cataluña sin saber rematar de cabeza y jugando en el grupo vasco me hice un experto. Nunca uno sabe donde está su límite.
En Vigo viví una etapa muy bonita, llegando a debutar en Segunda División, donde hice amistades muy fuertes que siguen vigentes hoy en día.
Pero mi experiencia más complicada, donde aprendí mucho a nivel mental, fue mi año en Córdoba. A nivel deportivo fue un ben año ya que conseguimos el objetivo y disfrutamos mucho de la Copa del Rey a pesar de las dificultades económicas que terminaron en una ley concursal.
Había pisado Madrid de pequeño para ir con la Selección a algún torneo, pero mi gran experiencia en la capital fue con el Alcorcón. Tenía la opción de jugar cerca de casa, donde todo hubiera sido más sencillo, pero decidí irme lejos para seguir mi aprendizaje personal y deportivo y sinceramente, fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Mi primer año con Anquela y el segundo con Bordalás pasaron a la historia del Club. Éramos una familia, combinación de juventud y veteranía donde lo que primaba era la solidaridad colectiva. De Anquela aprendí a esperar mi momento, a tener paciencia y a entrenar mejor que nadie. Pero mención aparte se merece Bordalás. Con él entendí mejor el juego para ser mucho más peligroso. Como ayudar mejor tácticamente y sobre todo como competir mejor que nadie. Muchas gracias a los dos.
¿Qué decir de Osasuna? Ya por todos es sabido mi amor por este equipo y esa ciudad, allí me convertí en mejor persona, fui padre por primera vez. Es el mejor ambiente que he vivido en un campo de fútbol y en un vestuario, mi amistad con ellos aún perdura y estoy seguro que seguirá para siempre.
Algo que no pude conseguir en Pamplona sí que lo logré en Coruña. Con el Deportivo conseguimos dos permanencias en los últimos partidos y culminamos dos años difíciles Aún recuerdo aquella salvación agónica en el Camp Nou.
No me olvido de mis experiencias fuera, en Wigan y el Sydney... En el Fuenlabrada no he podido haber tenido mejores compañeros y amigos, con amor propio, ambición y solidaridad. Mi último partido como profesional fue marcando y dando la victoria al equipo.
Después de 16 años como profesional pongo punto y aparte a mi carrera como jugador. Han sido años difíciles y a la vez bonitos. Me mueven los retos y ahora es momento de iniciar otro camino, se va el Oriol jugador y empieza el Oriol entrenador. Hace años que lo llevo pensando. Será un reto difícil, pero apasionante. Muchas gracias a mis compañeros, rivales, entrenadores tanto a nivel profesional como en el fútbol base...
De todos he aprendido cosas que me servirán en el futuro. Y por qué no a todos los periodistas de este deporte, que nos seguís y a la vez nos criticáis. Me he sentido un privilegiado haciendo lo que más me gusta. Gracias a Javier Picallo, mi agente, y a mi mujer, madre de mis tres preciosas niñas".
August 10, 2020