Era una oportunidad para reivindicarse. Un partido idóneo para demostrar que el pinchazo ante Talleres solo fue una excepción. Pero Boca Juniors volvió a tropezar y dejó unas dudas más que serias de cara a su futuro en la competición argentina y, de paso, en la Copa Libertadores.
Y es que Lanús asaltó La Bombonera y se llevó un triunfo por 1-2 que le mete de lleno en la pelea por la clasificación y deja al 'Xeneize' casi sin margen de error antes de los dos últimos duelos de esta primera fase de la Copa de la Liga Profesional Argentina.
Los primeros minutos del duelo fueron un auténtico tedio. los dos conjuntos, con más miedo que otra cosa, a duras penas se atacaron y los porteros se dedicaron a observar cómo los minutos pasaban sin que tuvieran ningún sobresalto.
Esa especie de siesta inicial le sentó muy mal a Boca, que sin casi crear peligro arriba la lío atrás. Primero, Orsini se adelantó a la zaga y a Andrada para poner el 0-1 tras un sutil centro de De la Vega y, cuando la primera parte agonizaba, el propio Orsini aprovechó un grosero error de Zambrano para poner el 0-2.
El paso por los vestuarios no cambió demasiado el panorama del encuentro, algo que era una muy mala noticia para un Boca Juniors que necesitaba tirar de épica para darle la vuelta a un marcador muy adverso.
El cuadro de Russo se hizo con el control casi total del esférico, algo que no pareció desagradar a Lanús. El 'Granate' estaba cómodo en su campo, agazapado a la espera de alguna buena ocasión a la contra para asestar el golpe mortal.
La Bombonera, vacía, asistió a minutos en los que Boca controlaba el choque, pero el peligro solo llegaba en acciones a balón parado o tras errores de Lanús en su intento de hilvanar alguna jugada en zonas comprometidas.
Los segundos pasaban a favor de Lanús, que embarró con gusto el encuentro consciente de que cada batalla y cada falta era aproximarse un paso más al triunfo que le mantenía con vida en el grupo.
Boca lo intentó con más corazón que cabeza en un ejercicio terrorífico de falta de fútbol. Morales se mostró seguro ante los intentos aéreos del 'Xeneize', que miraba desesperado cómo avanzaba el cronómetro.
Wanchope Ábila, en el 86', le puso picante al encuentro al aprovechar una serie de rechaces en el área para poner el 1-2, pero desde ese momento Lanús le puso cloroformo al duelo. Boca terminó con el balón en su poder, pero sin ideas, algo que le condenó a una derrota que deja al equipo de Russo contra la espada y la pared.