Empezó el partido con una clara declaración de intenciones por parte del conjunto dirigido por José Luis Mendilibar, hoy en la grada por su expulsión en jornadas anteriores.
El Eibar quería dar el primer golpe, y no lo logró gracias a un Sirigu especialmente inspirado en la noche de hoy. Tuvo tres muy claras el conjunto guipuzcoano, pero Sirigu siempre estuvo atento para evitar el gol, primero de Enrich y, más tarde, dos intentos de Inui, en un partido en el que el japonés fue de más a menos para terminar en absolutamente nada.
Pero ese ímpetu inicial tuvo un precio. Era imposible mantener ese ritmo mucho tiempo, y el Eibar levantó el pie del acelerador hacia la media hora de encuentro. Pero Osasuna no lo aprovechó.
Es más, los 'rojillos' apenas tuvieron acciones de peligro a favor en toda la primera mitad, y con ese 0-0, gracias a Sirigu mayormente, nos fuimos al descanso.
La segunda parte fue otra historia, pese a que comenzó siguiendo el mismo guión de la primera: control del Eibar, ocasiones del Eibar, uñas mordidas por parte de los aficionados osasunistas congregados en El Sadar.
Cuando el partido comenzó a atascarse, llegó la hora de los cambios. Disparó primero Osasuna, con un cambio ofensivo: entró Fran Mérida en lugar de Causic. Inui dejó su sitio en el once del Eibar a Rubén Peña y, poco después, Kike entró por un Adrián venido a menos.
Y llegó el gol. Nada más entrar Kike, Pedro León se asoció con Ander Capa por la banda derecha y el segundo puso un pase de la muerte al punto de penalti que Kike García remató a gol.
Eso es reaparecer por todo lo alto. Kike, quien justamente se lesionó en Copa ante Osasuna, marcó el tanto que ponía por delante a los suyos.
Pero el gol hizo más mal que bien al Eibar. Se le apagaron las luces y Osasuna, esta vez sí, se vino arriba. Y todo pese al extraño cambio introducido por Vasiljevic.
Porque cuando Osasuna iba por detrás, quitó a Sergio León para meter a Carlos Clerc. Eso de quitar un delantero para meter un lateral no lo entendió la grada, que procedió a abuchear el cambio, al entrenador y a la directiva.
Sin embargo, la jugada le salió bien a Vasiljevic. Osasuna siguió tejiendo bien y llegó el premio del empate. Se aprovechó de un error del Eibar para meterse Fran Mérida hasta la cocina. Pase de tacón para Jaime Romero y éste la puso, fuerte y rasa al segundo palo.
Ahí esperaba Kenan Kodro, en posición legal, para anotar el gol del empate. Y Osasuna fue a por la victoria en los 10 minutos que le restaban al partido.
Pudo haberse llevado tres puntos que le permitieran soñar con la salvación, pero hoy tampoco llegó la victoria 'rojilla', que ya suma una vuelta completa sin ganar. La última vez que lo hizo fue hace 18 partidos.