El Sadar acogió este sábado un emocionante encuentro entre el líder de Segunda División y un Nàstic de Tarragona que en ningún momento manifestó su condición de colista.
El equipo de Enrique Martín disfrutó de varias ocasiones de gol, sobre todo en el primer tiempo. Fue más insistente Osasuna a la hora de buscar el primer tanto del partido, pero fueron más peligrosas las llegadas del Nàstic.
Una de las más claras la tuvo Sadik con un remate que salió por encima del larguero de la portería de Rubén por muy poco.
Sin embargo, la victoria cayó del lado de los navarros, imbatidos en casa. Los locales, fuertes y contundentes, se pusieron por delante antes del descanso con un gol fantasma en la recta final del primer tiempo.
Chutó al segundo palo Roberto Torres tras un centro buenísimo de Íñigo Pérez y atajó el arquero visitante. Dudó el colegiado López Toca sobre si entró o no el cuero, pero, tras las airadas protestas del navarro y la aprobación del asistente, acabó dando por válido el tanto Roberto Torres, el máximo goleador de los rojillos.
Bernabé, uno de los mejores del Nàstic, había sacado una mano sensacional para despejar el balón, pero llegó tarde por milésimas de segundo en su intento por salvar la jugada.
En la segunda mitad siguió la misma tónica. Se mantuvo la misma intensidad que en los primeros 45 minutos, con continuas aproximaciones al área rival de Osasuna y algunas jugadas con peligro de los tarraconenses, que encadenaron una derrota más.
Osasuna hace historia con este triunfo, el que es ya su décimo en casa en lo que va de temporada. Bate el récord de victorias seguidas en su feudo, ya que hasta la fecha se mantenía en nueve.