Los ultras del PAOK dieron la nota negativa de la jornada y lograron que el partido contra el Olympiakos acabara suspendido por el lanzamiento de objetos. No llegó ni a arrancar por un ambiente de lo más hostil.
La peor parte se la llevó el entrenador Óscar García, que tuvo que ser enviado a un hospital tras recibir el impacto de uno de dichos objetos. El entrenador pasará la noche en revisión y este lunes recibirá el alta médica, casi con toda seguridad.
Un rollo de papel de una caja registradora fue lo que chocó, según informaron varios medios radiofónicos, contra la cara de Óscar García.